Ya pasaron cinco años del tapón de Manu Ginóbili a James Harden. El 9 de mayo de 2017 fue la noche de aquella memorable jugada, en el marco del quinto partido de las Semifinales de la Conferencia Oeste. Allí, San Antonio Spurs venció 110-107 a Houston Rockets para pasar al frente en la serie por 3-2, que sentenciaría en el juego siguiente.
El tapón de Ginóbili a Harden
El AT&T Center estaba prácticamente a tope. Las 18.418 personas se habían dado cita para presenciar lo que sería un partidazo y marcaría el punto de inflexión de un duelo parejo. De un lado, Kawhi Leonard, LaMarcus Aldridge, Pau Gasol y el aporte del interminable Ginóbili. Del otro, Patrick Beverley, Clint Capela, Eric Gordon y el liderazgo de Harden.
El partido era un fuego y el bahiense había mostrado su jerarquía durante el match. Incluso, una bandeja suya en el tramo final del último cuarto había nivelado la historia en 101, por lo que se debía jugar un tiempo extra.
Pero sin Leonard en cancha, aquejado por una molestia en su tobillo, el conjunto de Gregg Popovich parecía diezmado. No obstante, los locales habían conseguido adelantarse en el marcador y ganaban por tres, a sólo 9.3 segundos del epílogo.
Las alas de Manu
En un salto que se resolvió a favor de Houston, la bola cayó a manos de Ryan Anderson, quien la retuvo ante la marca de Ginóbili y se la entregó a Harden. «La Barba» estaba en uno de sus mejores momentos, era candidato al MVP y esa noche ya había logrado un triple-doble.
A fuerza de mañas, el escolta de los Rockets se hizo espacio y quedó clavado en 45 grados para ir en busca de una segunda prórroga. Pero sin saber que detrás suyo, un hombre que sabía de noches mágicas ya había iniciado su despegue.
Con una precisión de cirujano y un vuelo de ángel, el #20 desplegó sus alas y le puso una tapa inolvidable. «¡Lo peina Ginóbili!», relataba un desaforado Álvaro Martín, estirando la última ‘i’ del apellido del «Narigón». En tanto, el coach Carlos Morales pedía por una temporada más de Manu en la NBA.
La vigencia del pibe de casi 40
Aquel día, el integrante del Salón de la Fama contribuyó con 12 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias, al borde de convertirse en un pibe de 40. También fue protagonista de una volcada espectacular y con la mano derecha, que hizo levantar a los suplentes para un festejo extasiado.
Más vigente que nunca, y a cinco años de una acción icónica, hoy recordamos la noche del tapón de Manu Ginóbili a James Harden.
Mi sueño era ser un base asistidor. Pasaron cosas y empecé a escribir Historias de la NBA.