En el reciente Juego de las Estrellas 2022 tuvimos la posibilidad de disfrutar de cuatro jugadores europeos: Giannis Antetokounmpo, Nikola Jokić, Luka Dončić y Rudy Gobert. Sin embargo, para que eso haya sucedido y lo veamos con total normalidad, en 1993 hubo un pionero que abrió esa puerta: Detlef Schrempf.
El alemán, nacido el 21 de enero de 1963, disputó 16 temporadas en la NBA. Siempre aportando en distintas facetas del juego, el alero de 2,08 participó en 1136 partidos de fase regular y 114 en play-off. Fue tres veces All-Star, recibió dos premios al Mejor Sexto Hombre y formó parte del tercer mejor equipo de la liga en 1995.
Integrante del Salón de la Fama de la FIBA, Schrempf participó de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 y Barcelona 1992 con su Selección.
Sus inicios
La carrera del alero arrancó en el TSV 04 Leverkusen de su ciudad natal. En un intercambio colegial recaló en Washington (Seattle), donde se destacó y recibió una invitación para radicarse allí. Jugó en el torneo de secundarias y luego lo hizo en la Universidad. Fue elegido en el 8º lugar de la 1ª Ronda de un talentoso Draft de 1985, que incluyó los nombres de Patrick Ewing, Chris Mullin, Karl Malone y Joe Dumars, entre otros.
En sus tres años y medio con Dallas Mavericks, el alemán de nombre simpático fue un jugador de rol. Sin embargo, en la temporada 1986/87 logró su primer triple doble con 15 puntos, 10 rebotes y 10 asistencias en un triunfo 133-117 sobre Milwaukee Bucks. Y disputó una Final de Conferencia en 1988, donde la franquicia texana cayó a manos de los futuros campeones: Los Angeles Lakers.
La explosión del All-Star
Cuando promediaba la temporada 1988/89 fue canjeado a Indiana Pacers, donde comenzaría a demostrar su verdadero talento. Tal fue su aporte desde la banca, que en 1991 y 1992 lo galardonaron con el premio al «Mejor Sexto Hombre». A pesar de sus números, el equipo no pudo avanzar más allá de la ronda inicial de los play-off en cuatro años seguidos. Sin embargo, el alemán participó del All-Star de 1993 y se convirtió en el primer europeo en hacerlo.
En un traspaso controvertido, Schrempf fue enviado a Seattle Supersonics al comienzo del torneo 1993/94. Con mayor madurez y experiencia, fue parte fundamental del equipo liderado por Gary Payton y Shawn Kemp. Afianzado como un tirador letal, sus números destacados lo llevaron a participar en dos juegos más del All-Star.

En la temporada 1995/96 disputó su única Final de la NBA. Los Sonics tenían un verdadero equipazo en su quinteto y lo completaban con una gran profundidad en la banca. Sin embargo, el equipo dirigido por George Karl caería 4-2 a manos de Chicago Bulls, en el inicio del segundo «three-peat» de la formación encabezada por Michael Jordan.
Los dos últimos años del bueno de Detlef fueron con menos minutos en cancha. Firmó como agente libre en Portland, donde estaban Scottie Pippen, Jermaine O’Neal, Damon Stoudamire, Rasheed Wallace, Steve Smith y Arvydas Sabonis. Con los Trail Blazers jugó la recordada Final de Conferencia en 2000 ante los Lakers.
Si bien el equipo contaba con muchísimo talento, los problemas internos llevaron a que el alemán le pusiera punto final a su exitosa trayectoria a los 38 años.
La actualidad del alemán
Además de sus dos premios como «Mejor Sexto Hombre» y sus tres apariciones en el All-Star, «Det the Threat» tuvo actuaciones destacadas en puntos (36), rebotes (23) y asistencias (14). También consiguió siete triples dobles. Y como dato curioso, compartió cancha con Dirk Nowitzki en el debut de su compatriota en la NBA, allá por 1999.
Tras su retiro, «The Grand Teuton» comenzó a trabajar más de lleno en la Fundación que había creado en 1996 para colaborar con organizaciones de ayuda infantil y contra el racismo. Fue asistente de los Seattle Sonics de 2006 a 2008, antes de que la franquicia se mudara a Oklahoma. Entre 2010 y 2011 tuvo algunas participaciones en la serie de TV «Parks and Recreation».
En la actualidad, Schrempf sigue viviendo en Seattle y lleva adelante su trabajo en el sector financiero. Padre de dos hijos, Detlef es activo en las redes sociales. Incluso, se autopostuló para que le firmaran un contrato de diez días ante los frecuentes casos de Covid para aportar «un minuto, tres buenas faltas y un triple a pie firme». Con 59 años cumplidos, la magia sigue intacta.

Mi sueño era ser un base asistidor. Pasaron cosas y empecé a escribir Historias de la NBA.